Desde que Stori, una plataforma financiera digital, lanzó su tarjeta de crédito en México en enero de 2020, más de tres millones de personas en ese mercado la han solicitado. Ahora, esta fintech está aterrizando en Colombia con el plan de invertir US$100 millones en el país en sus primeros tres años de operaciones.
“Me emociona que Colombia sea el primer país al que llegamos después de México; la visión siempre fue muy clara de querer llegar a toda Latinoamérica”, expresó en una entrevista con Forbes Marlene Garayzar, cofundadora y CGO de Stori, que en 2022 se convirtió en unicornio. “La palabra Stori, que se entiende en varios idiomas, significa que somos parte de la historia del progreso financiero de la gente. Cuando aceptamos gente con buró bueno o malo, damos oportunidades. El modelo se ha ido construyendo en el tiempo; ser parte de la historia de progreso de la gente es importante. Primero darles el sí y después crecer mucho”.
Desde la compañía, dicen aprobar al 99% de las personas que solicitan su tarjeta, buscando ayudar a millones de personas a construir un historial de crédito y sostienen que, para el 80% de las personas que la obtienen, resulta ser su primera tarjeta de crédito.
“Tenemos en nuestro enfoque entregar un producto que valoren y que paguen, porque nadie más les da acceso”, anota Garayzar.
Con esa bandera de la inclusión financiera, hace tan solo semanas, Stori cerró una nueva ronda de financiamiento de US$212 millones, compuesta por US$105 millones en capital, liderada por Notable Capital, BAI Capital y otros inversionistas existentes, y US$107 millones en deuda, liderada por Goldman Sachs y Davidson Kempner Capital Management LP.
La recaudación de Stori marca el quinto acuerdo de capital de riesgo de tres dígitos en América Latina este año, según datos de PitchBook, en un contexto en el que las inversiones han alcanzado su ritmo más lento en seis años por las altas tasas de interés que han mantenido a los inversionistas a la espera y mayores exigencias para que las compañías puedan acceder a estos recursos.
Desde sus orígenes en 2018, cuando esta fintech fue fundada por GY Liu, Bin Chen, Marlene Garayzar, Nick Chen y Sherman He, han accedido a más de US$200 millones de inversionistas.
“No es imposible levantar rondas de este nivel siempre y cuando hagas las cosas bien”, comenta Garayzar. “Tiene que ver con nuestra disciplina, con un equipo altamente calificado, con experiencia en esto que hacemos; son años acumulados en el sector financiero. Atrás quedaron rondas enormes que solo evaluaban el crecimiento. El crecimiento debe ser sostenible. Trabajar en productos que sean efectivos para la gente”.
En México tienen tres tarjetas de crédito y una cuenta de ahorros con rendimientos. En Colombia, empiezan con la tarjeta S de Stori, con Mastercard, que ofrece líneas de crédito desde $200,000 (pesos colombianos), “sin importar el historial crediticio”, apuntándole a 500.000 descargas en el primer año. Esta tarjeta tendrá una cuota de manejo de $7,900 para cupos desde $200,000 y de $14,900 para cupos desde $1,000,000.
En Colombia, la operación tiene como gerente general a Carlos Ayalde, quien después de pasar por compañías como Rappi, Credicorp y McKinsey, se unió a Stori en 2022 con la intención de montar un centro de talento para el desarrollo de tecnología y abogó ante los fundadores para que abrieran mercado en Colombia.
“El mercado colombiano se parece al mexicano en las necesidades del crédito, porque más de 23 millones de personas no tienen acceso a crédito formal”, dice Ayalde. “Vimos esta gran oportunidad de atender un mercado potencial grande. La nuestra es una tarjeta física y digital que se podrá solicitar en nuestra página web y en nuestra aplicación móvil. Todo es 100% digital”.
En el mercado colombiano, bancos como Bancolombia, Banco de Bogotá, BBVA y Banco Popular, así como plataformas financieras como Nu y Rappipay, ofrecen tarjetas de crédito sin cuota de manejo. Ayalde considera que, aun con opciones de este tipo, hay espacio para Stori.
“Hay dos cosas que nos diferencian de otras opciones. Nosotros decimos que sí cuando la mayoría de los clientes reciben el no en otros lugares y nuestra solicitud es muy fácil, toda la solicitud se puede hacer por WhatsApp”, afirma Ayalde. “Nuestra experiencia tiene que ver con cómo las personas pueden ir accediendo a aumentos de cupo en el tiempo. Hay un acompañamiento y educación financiera que les permite continuar de la mano de nosotros. Si uno mira las metodologías tradicionales, el tema del riesgo es particularmente complejo porque las personas de la base de la pirámide tienen ingresos que varían o mezclan su cuenta personal con la cuenta de su negocio. Tenemos unas capacidades muy avanzadas de algoritmos de análisis de datos y de evaluación de riesgo, lo que nos permite a nosotros segmentar mejor a quienes podemos atender y a quienes no”.
Y complementa: “Para un banco tradicional con oficinas, muchas veces no es rentable tener clientes con líneas de crédito pequeñas porque no les dan los números. Nosotros vamos aumentando el cupo a medida que las personas muestran buen comportamiento”.
Ayalde anticipó a Forbes que la fintech emprenderá la búsqueda de una licencia regulatoria en Colombia para ampliar su portafolio. “Llegamos con una visión de largo plazo”, recalcó.
Desde que Stori, una plataforma financiera digital, lanzó su tarjeta de crédito en México en enero de 2020, más de tres millones de personas en ese mercado la han solicitado. Ahora, esta fintech está aterrizando en Colombia con el plan de invertir US$100 millones en el país en sus primeros tres años de operaciones.
“Me emociona que Colombia sea el primer país al que llegamos después de México; la visión siempre fue muy clara de querer llegar a toda Latinoamérica”, expresó en una entrevista con Forbes Marlene Garayzar, cofundadora y CGO de Stori, que en 2022 se convirtió en unicornio. “La palabra Stori, que se entiende en varios idiomas, significa que somos parte de la historia del progreso financiero de la gente. Cuando aceptamos gente con buró bueno o malo, damos oportunidades. El modelo se ha ido construyendo en el tiempo; ser parte de la historia de progreso de la gente es importante. Primero darles el sí y después crecer mucho”.
Desde la compañía, dicen aprobar al 99% de las personas que solicitan su tarjeta, buscando ayudar a millones de personas a construir un historial de crédito y sostienen que, para el 80% de las personas que la obtienen, resulta ser su primera tarjeta de crédito.
“Tenemos en nuestro enfoque entregar un producto que valoren y que paguen, porque nadie más les da acceso”, anota Garayzar.
Con esa bandera de la inclusión financiera, hace tan solo semanas, Stori cerró una nueva ronda de financiamiento de US$212 millones, compuesta por US$105 millones en capital, liderada por Notable Capital, BAI Capital y otros inversionistas existentes, y US$107 millones en deuda, liderada por Goldman Sachs y Davidson Kempner Capital Management LP.
La recaudación de Stori marca el quinto acuerdo de capital de riesgo de tres dígitos en América Latina este año, según datos de PitchBook, en un contexto en el que las inversiones han alcanzado su ritmo más lento en seis años por las altas tasas de interés que han mantenido a los inversionistas a la espera y mayores exigencias para que las compañías puedan acceder a estos recursos.
Desde sus orígenes en 2018, cuando esta fintech fue fundada por GY Liu, Bin Chen, Marlene Garayzar, Nick Chen y Sherman He, han accedido a más de US$200 millones de inversionistas.
“No es imposible levantar rondas de este nivel siempre y cuando hagas las cosas bien”, comenta Garayzar. “Tiene que ver con nuestra disciplina, con un equipo altamente calificado, con experiencia en esto que hacemos; son años acumulados en el sector financiero. Atrás quedaron rondas enormes que solo evaluaban el crecimiento. El crecimiento debe ser sostenible. Trabajar en productos que sean efectivos para la gente”.
En México tienen tres tarjetas de crédito y una cuenta de ahorros con rendimientos. En Colombia, empiezan con la tarjeta S de Stori, con Mastercard, que ofrece líneas de crédito desde $200,000 (pesos colombianos), “sin importar el historial crediticio”, apuntándole a 500.000 descargas en el primer año. Esta tarjeta tendrá una cuota de manejo de $7,900 para cupos desde $200,000 y de $14,900 para cupos desde $1,000,000.
En Colombia, la operación tiene como gerente general a Carlos Ayalde, quien después de pasar por compañías como Rappi, Credicorp y McKinsey, se unió a Stori en 2022 con la intención de montar un centro de talento para el desarrollo de tecnología y abogó ante los fundadores para que abrieran mercado en Colombia.
“El mercado colombiano se parece al mexicano en las necesidades del crédito, porque más de 23 millones de personas no tienen acceso a crédito formal”, dice Ayalde. “Vimos esta gran oportunidad de atender un mercado potencial grande. La nuestra es una tarjeta física y digital que se podrá solicitar en nuestra página web y en nuestra aplicación móvil. Todo es 100% digital”.
En el mercado colombiano, bancos como Bancolombia, Banco de Bogotá, BBVA y Banco Popular, así como plataformas financieras como Nu y Rappipay, ofrecen tarjetas de crédito sin cuota de manejo. Ayalde considera que, aun con opciones de este tipo, hay espacio para Stori.
“Hay dos cosas que nos diferencian de otras opciones. Nosotros decimos que sí cuando la mayoría de los clientes reciben el no en otros lugares y nuestra solicitud es muy fácil, toda la solicitud se puede hacer por WhatsApp”, afirma Ayalde. “Nuestra experiencia tiene que ver con cómo las personas pueden ir accediendo a aumentos de cupo en el tiempo. Hay un acompañamiento y educación financiera que les permite continuar de la mano de nosotros. Si uno mira las metodologías tradicionales, el tema del riesgo es particularmente complejo porque las personas de la base de la pirámide tienen ingresos que varían o mezclan su cuenta personal con la cuenta de su negocio. Tenemos unas capacidades muy avanzadas de algoritmos de análisis de datos y de evaluación de riesgo, lo que nos permite a nosotros segmentar mejor a quienes podemos atender y a quienes no”.
Y complementa: “Para un banco tradicional con oficinas, muchas veces no es rentable tener clientes con líneas de crédito pequeñas porque no les dan los números. Nosotros vamos aumentando el cupo a medida que las personas muestran buen comportamiento”.
Ayalde anticipó a Forbes que la fintech emprenderá la búsqueda de una licencia regulatoria en Colombia para ampliar su portafolio. “Llegamos con una visión de largo plazo”, recalcó.