A nivel global, la representación femenina en liderazgo financiero y tecnológico sigue siendo limitada. Solo 32 empresas del S&P 500 están dirigidas por mujeres. En México, solo el 28.9% de los puestos directivos en Fintechs están ocupados por mujeres, según el Finnovista Fintech Radar. El panorama en tecnología es aún más restrictivo: solo el 13% de los empleos en este sector son ocupados por mujeres. Y en el ecosistema de startups de América Latina, solo el 14% de los CEOs son mujeres, con una presencia aún menor en empresas que han levantado rondas de inversión más grandes.
Estos datos reflejan que la equidad de género no se logra únicamente con mayor participación; es indispensable generar acceso real a financiamiento, liderazgo y oportunidades de crecimiento. Además, el impacto de la diversidad en los negocios es tangible: empresas con equipos directivos diversos obtienen mejores resultados financieros, según múltiples estudios de McKinsey y el Boston Consulting Group.
En el sector Fintech, donde la disrupción y la inclusión financiera son pilares fundamentales, la participación de mujeres no solo es una cuestión de equidad, sino de estrategia. El acceso al crédito digital, las soluciones de pago y los modelos de financiamiento alternativos están redefiniendo la relación entre consumidores y servicios financieros, y la diversidad en la toma de decisiones es clave para diseñar productos más inclusivos y efectivos.
Afortunadamente, en México algunas empresas Fintech han comenzado a implementar estrategias concretas para fomentar la equidad de género en sus estructuras organizacionales. Kueski, una de las principales plataformas de crédito y pagos digitales en América Latina, es un ejemplo de ello, con casi el 40% de sus puestos directivos ocupados por mujeres y una fuerza laboral compuesta en un 42% por talento femenino. Estos avances reflejan cómo la industria puede evolucionar mediante iniciativas estratégicas de inclusión, fortaleciendo tanto la diversidad como la competitividad del sector.
El reto sigue siendo integrar la equidad de género como un principio estratégico dentro de la industria. Para ello, es necesario:
La innovación en Fintech está directamente ligada a la capacidad de generar inclusión. La equidad de género no es solo un tema de justicia social, sino un factor determinante para el desarrollo del sector.
Cerrar la brecha de género no solo es posible, sino necesario para el crecimiento sostenible de la industria financiera y tecnológica en América Latina.
A nivel global, la representación femenina en liderazgo financiero y tecnológico sigue siendo limitada. Solo 32 empresas del S&P 500 están dirigidas por mujeres. En México, solo el 28.9% de los puestos directivos en Fintechs están ocupados por mujeres, según el Finnovista Fintech Radar. El panorama en tecnología es aún más restrictivo: solo el 13% de los empleos en este sector son ocupados por mujeres. Y en el ecosistema de startups de América Latina, solo el 14% de los CEOs son mujeres, con una presencia aún menor en empresas que han levantado rondas de inversión más grandes.
Estos datos reflejan que la equidad de género no se logra únicamente con mayor participación; es indispensable generar acceso real a financiamiento, liderazgo y oportunidades de crecimiento. Además, el impacto de la diversidad en los negocios es tangible: empresas con equipos directivos diversos obtienen mejores resultados financieros, según múltiples estudios de McKinsey y el Boston Consulting Group.
En el sector Fintech, donde la disrupción y la inclusión financiera son pilares fundamentales, la participación de mujeres no solo es una cuestión de equidad, sino de estrategia. El acceso al crédito digital, las soluciones de pago y los modelos de financiamiento alternativos están redefiniendo la relación entre consumidores y servicios financieros, y la diversidad en la toma de decisiones es clave para diseñar productos más inclusivos y efectivos.
Afortunadamente, en México algunas empresas Fintech han comenzado a implementar estrategias concretas para fomentar la equidad de género en sus estructuras organizacionales. Kueski, una de las principales plataformas de crédito y pagos digitales en América Latina, es un ejemplo de ello, con casi el 40% de sus puestos directivos ocupados por mujeres y una fuerza laboral compuesta en un 42% por talento femenino. Estos avances reflejan cómo la industria puede evolucionar mediante iniciativas estratégicas de inclusión, fortaleciendo tanto la diversidad como la competitividad del sector.
El reto sigue siendo integrar la equidad de género como un principio estratégico dentro de la industria. Para ello, es necesario:
La innovación en Fintech está directamente ligada a la capacidad de generar inclusión. La equidad de género no es solo un tema de justicia social, sino un factor determinante para el desarrollo del sector.
Cerrar la brecha de género no solo es posible, sino necesario para el crecimiento sostenible de la industria financiera y tecnológica en América Latina.