Mercado Libre ya es un jugador de peso a nivel financiero gracias a la expansión de su billetera digital Mercado Pago, pero esto significaría dar un paso más y poner a un gigante a competir con las entidades financieras reguladas. Sería un competidor de peso: es la empresa argentina más grande por capitalización bursátil, con un market cap de USD 96.000 millones.
El unicornio está en medio de una batalla legal con Modo, la billetera virtual de los principales bancos, públicos y privados. En marzo pasado, Modo acusó a Mercado Libre por comportamientos anticompetitivos exclusorios y abuso de su posición dominante. En agosto, en tanto, llegó la contradenuncia: Meli acusó también ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) a Modo por “cartelización”. Es una guerra de titanes.
Con respecto al banco local, la empresa cree que es un paso natural luego de experiencias similares que ya está poniendo en marcha en México y Brasil. En el primero de esos países, el de mayor crecimiento para la empresa –luego de más de una década en las que les costó hacer pie y crecer– acaba de presentar el filing ante el regulador para operar como banco, trámite que estiman que demorará entre 18 y 24 meses.
La enorme cantidad de bancos que opera en la Argentina garantiza que una larga lista de ellos manejen un capital ínfimo y se lleven una porción igual de pequeña del negocio. Esos pequeños jugadores son más fáciles de comprar en una operación que, de todas maneras, requiere de una aprobación de la Superintendecia de Entidades Financiera, la dependencia del BCRA que ejerce el rol de ente regulador del sector bancario argentino. Un ejemplo es el caso de la compra de Wilobank por parte de Ualá, otra Fintech.
“Es ridículo, no tiene ningún sentido que los bancos te cobren lo que te cobran. No hay un Amazon, un Google o un Facebook en el mundo financiero. Ni en la educación ni en la salud… todavía. Son industrias enormes totalmente reguladas y la regulación, al final, lo que hace es proteger a los jugadores establecidos”, dijo Marcos Galperin, CEO y fundador Mercado Libre.
El crecimiento de Mercado Pago ha transformado al unicornio tecnológico en un peso pesado en el mercado financiero. Pero la Fintech no es un banco, es una entidad con distinta regulación. Eso tiene muchas ventajas, como por ejemplo que haya menos límites y normas que respetar. Pero también tiene límites: en principio, una entidad no regulada como banco está imposibilitada de tomar depósitos. La intermediación financiera –es decir la toma de depósitos para otorgar préstamos– es actividad exclusiva de empresas reguladas en la Argentina.
Mercado Libre ya es un jugador de peso a nivel financiero gracias a la expansión de su billetera digital Mercado Pago, pero esto significaría dar un paso más y poner a un gigante a competir con las entidades financieras reguladas. Sería un competidor de peso: es la empresa argentina más grande por capitalización bursátil, con un market cap de USD 96.000 millones.
El unicornio está en medio de una batalla legal con Modo, la billetera virtual de los principales bancos, públicos y privados. En marzo pasado, Modo acusó a Mercado Libre por comportamientos anticompetitivos exclusorios y abuso de su posición dominante. En agosto, en tanto, llegó la contradenuncia: Meli acusó también ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) a Modo por “cartelización”. Es una guerra de titanes.
Con respecto al banco local, la empresa cree que es un paso natural luego de experiencias similares que ya está poniendo en marcha en México y Brasil. En el primero de esos países, el de mayor crecimiento para la empresa –luego de más de una década en las que les costó hacer pie y crecer– acaba de presentar el filing ante el regulador para operar como banco, trámite que estiman que demorará entre 18 y 24 meses.
La enorme cantidad de bancos que opera en la Argentina garantiza que una larga lista de ellos manejen un capital ínfimo y se lleven una porción igual de pequeña del negocio. Esos pequeños jugadores son más fáciles de comprar en una operación que, de todas maneras, requiere de una aprobación de la Superintendecia de Entidades Financiera, la dependencia del BCRA que ejerce el rol de ente regulador del sector bancario argentino. Un ejemplo es el caso de la compra de Wilobank por parte de Ualá, otra Fintech.
“Es ridículo, no tiene ningún sentido que los bancos te cobren lo que te cobran. No hay un Amazon, un Google o un Facebook en el mundo financiero. Ni en la educación ni en la salud… todavía. Son industrias enormes totalmente reguladas y la regulación, al final, lo que hace es proteger a los jugadores establecidos”, dijo Marcos Galperin, CEO y fundador Mercado Libre.
El crecimiento de Mercado Pago ha transformado al unicornio tecnológico en un peso pesado en el mercado financiero. Pero la Fintech no es un banco, es una entidad con distinta regulación. Eso tiene muchas ventajas, como por ejemplo que haya menos límites y normas que respetar. Pero también tiene límites: en principio, una entidad no regulada como banco está imposibilitada de tomar depósitos. La intermediación financiera –es decir la toma de depósitos para otorgar préstamos– es actividad exclusiva de empresas reguladas en la Argentina.