Tomás Mindlin y Kevin Litvin son mejores amigos. Se conocieron a los 3 años en el colegio y desde entonces no se han separado. Al salir de la universidad se dedicaron a las finanzas: el primero trabajó en la mesa de trading de ING -en Londres-, y el segundo pasó cuatro años por el Deutsche Bank en Nueva York.
A finales de 2019 a Mindlin se le ocurrió armar una billetera digital. Acto seguido, llamó a Litvin para sumarse. Luego, se contactó con otros dos amigos de la universidad (Nicolás Andriano y Bruno Cortinovis) para completar el equipo fundador.
En ese tiempo bautizaron la fintech como Tap. Partieron formalmente en 2020 con un servicio similar al de Tenpo, Mach y FPay, pero enfocados en el pago de cuentas de servicios básicos.
“Volvimos a Argentina (para partir el negocio) dos días antes de las elecciones presidenciales de 2019 y con el resultado sorpresivo que hizo que la bolsa cayera 70% en un día. No fue el mejor recibimiento, pero no cambió lo que queríamos hacer”, recuerda Mindlin, quien hoy es CEO.
A pesar de eso, el negocio fue próspero: en menos de un año llegaron a tener 600 mil usuarios con un número de inversión bajo. Así siguieron hasta finales de 2021, cuando decidieron cambiar el modelo de negocios. ¿La razón? Querían desarrollar una solución más robusta para expandirse por Latinoamérica. Cambiaron de nombre a Tapi y se convirtieron en una fintech 100% B2B.
Actualmente Tapi se conecta con procesadores de pago, fintechs y empresas cripto, y ofrecen un “puente” para que distintas firmas ofrezcan pagos de cuentas online a sus clientes finales. En otras palabras, ellos entregan la infraestructura para que otras compañías faciliten este servicio.
Algunos de sus clientes son Belo, una billetera cripto de origen argentino, y Ualá, el neobanco trasandino valorado en
US$ 2.500 millones. El resto de sus partners no los mencionan porque, en palabras de Mindlin, podrían “adelantar ciertas funcionalidades que todavía no se conocen”.
Para concretar su proceso de expansión salieron a levantar una ronda, la cual cerraron en marzo de 2022. En medio de ese proceso, cuenta Mindlin, distintos inversores le recomendaron hablar con Cristóbal Piñera (quien lidera el fondo de venture capital Daedalus).
En pocos meses entró como inversionista ángel. A pesar de que no se conocían, era un nombre que Tomás Mindlin ya ubicaba bien. Su padre, Marcelo Mindlin, es un conocido empresario trasandino -presidente de Grupo Emes y de Pampa Energía S.A., una de las firmas más importantes en el sector energético trasandino-, que había trabajado con su padre, Sebastián Piñera, antes de que asumiera como Presidente de Chile.
La expansión internacional de Tapi comenzó con Perú y Colombia. Luego, llegaron a México, y este mes arribaron a Chile. Ya tienen los primeros clientes bajo el brazo y esperan conseguir nuevos partners a partir de abril.
“Cristóbal nos ayudó muchísimo con contactos locales y en el desembarco en el mercado chileno”, comenta el CEO.
Actualmente Tapi está operando cerca de 500 mil transacciones mensuales, y proyectan terminar 2023 “con varios millones de transacciones” al mes.
Tomás Mindlin y Kevin Litvin son mejores amigos. Se conocieron a los 3 años en el colegio y desde entonces no se han separado. Al salir de la universidad se dedicaron a las finanzas: el primero trabajó en la mesa de trading de ING -en Londres-, y el segundo pasó cuatro años por el Deutsche Bank en Nueva York.
A finales de 2019 a Mindlin se le ocurrió armar una billetera digital. Acto seguido, llamó a Litvin para sumarse. Luego, se contactó con otros dos amigos de la universidad (Nicolás Andriano y Bruno Cortinovis) para completar el equipo fundador.
En ese tiempo bautizaron la fintech como Tap. Partieron formalmente en 2020 con un servicio similar al de Tenpo, Mach y FPay, pero enfocados en el pago de cuentas de servicios básicos.
“Volvimos a Argentina (para partir el negocio) dos días antes de las elecciones presidenciales de 2019 y con el resultado sorpresivo que hizo que la bolsa cayera 70% en un día. No fue el mejor recibimiento, pero no cambió lo que queríamos hacer”, recuerda Mindlin, quien hoy es CEO.
A pesar de eso, el negocio fue próspero: en menos de un año llegaron a tener 600 mil usuarios con un número de inversión bajo. Así siguieron hasta finales de 2021, cuando decidieron cambiar el modelo de negocios. ¿La razón? Querían desarrollar una solución más robusta para expandirse por Latinoamérica. Cambiaron de nombre a Tapi y se convirtieron en una fintech 100% B2B.
Actualmente Tapi se conecta con procesadores de pago, fintechs y empresas cripto, y ofrecen un “puente” para que distintas firmas ofrezcan pagos de cuentas online a sus clientes finales. En otras palabras, ellos entregan la infraestructura para que otras compañías faciliten este servicio.
Algunos de sus clientes son Belo, una billetera cripto de origen argentino, y Ualá, el neobanco trasandino valorado en
US$ 2.500 millones. El resto de sus partners no los mencionan porque, en palabras de Mindlin, podrían “adelantar ciertas funcionalidades que todavía no se conocen”.
Para concretar su proceso de expansión salieron a levantar una ronda, la cual cerraron en marzo de 2022. En medio de ese proceso, cuenta Mindlin, distintos inversores le recomendaron hablar con Cristóbal Piñera (quien lidera el fondo de venture capital Daedalus).
En pocos meses entró como inversionista ángel. A pesar de que no se conocían, era un nombre que Tomás Mindlin ya ubicaba bien. Su padre, Marcelo Mindlin, es un conocido empresario trasandino -presidente de Grupo Emes y de Pampa Energía S.A., una de las firmas más importantes en el sector energético trasandino-, que había trabajado con su padre, Sebastián Piñera, antes de que asumiera como Presidente de Chile.
La expansión internacional de Tapi comenzó con Perú y Colombia. Luego, llegaron a México, y este mes arribaron a Chile. Ya tienen los primeros clientes bajo el brazo y esperan conseguir nuevos partners a partir de abril.
“Cristóbal nos ayudó muchísimo con contactos locales y en el desembarco en el mercado chileno”, comenta el CEO.
Actualmente Tapi está operando cerca de 500 mil transacciones mensuales, y proyectan terminar 2023 “con varios millones de transacciones” al mes.