Por eso, no es extraño que muchos líderes de opinión se refieran al New Normal o Nueva Normalidad para retratar el escenario post COVID-19 en diferentes industrias.
La industria financiera mundial se ha venido preparando desde hace algún tiempo para este escenario. Prueba de ello es que desde el 2008, el Reino Unido se ha convertido en la capital global de la industria FinTech, la misma que en el 2015 representaba ingresos aproximados de 6.6 billones de libras esterlinas (alrededor de US$8 mil millones), según información de la “Guía FinTech” de EY. Pero ¿cuáles son las claves para apostar por la digitalización de la industria financiera? Transformación y disrupción, que en el mundo financiero se traducen a FinTech. Esta palabra que ha resonado en los últimos años y es la conjunción de “financial” y “technology”.
La medida adoptada por los gobiernos del mundo de imponer una cuarentena obligatoria ha servido de reflexión para los hombres y las mujeres de negocios de que la transformación digital no es más una opción, sino una necesidad. Estos son los ingredientes perfectos para impulsar los negocios FinTech en el mundo.
En nuestro país, este fenómeno no ha sido ajeno. Muchas actividades que normalmente los peruanos realizábamos de manera presencial han tomado una forma virtual por completo; dos buenos ejemplos son: (i) cambio de divisas y (ii) pagos digitales.
Existen varias plataformas digitales peruanas que permiten realizar cambio de divisas de manera completamente virtual. Sólo se necesita tener una cuenta de ahorros en soles y otra en dólares americanos en cualquier banco local, basta con registrarse en la aplicación por medio de un smartphone y seguir las instrucciones para realizar la transferencia de los fondos. Fácil y completamente digital.
Por otro lado, los pagos digitales están a la vanguardia. Un informe realizado en el 2019 por The Economist y EY sobre el potencial fin del dinero en efectivo señaló que durante el 2016, Estados Unidos fue el país donde se realizaron la mayor cantidad de transacciones no monetarias, registrando un total de US$148.5 mil millones. Para el 2017, 87 millones de personas en el mundo utilizaban la aplicación Wallet para realizar pagos desde sus iPhones.
Hoy en día, y con varios años más de desarrollo que las plataformas de cambio de divisas, existen muchos medios de pago diferentes al efectivo y a las tarjetas físicas de débito/crédito que son totalmente digitales; algunos ejemplos: dinero electrónico, criptomonedas y stablecoins, y transferencias electrónicas bancarias (banca móvil y por internet). Así, muchos ya no tienen que hacer largas colas para pagar tarjetas de crédito o para cancelar los recibos de luz o agua, sino que todo se puede hacer desde la aplicación correspondiente y al instante.
Estos dos ejemplos de soluciones FinTech son sólo una pequeña porción de un grupo más grande que cada día crece más. De esta manera, también podemos realizar préstamos digitales, contratar seguros digitalmente (insurtech), financiamiento alternativo (crowdlending, factoring), enviar remesas, gestionar finanzas empresariales y personales, y mucho más.
Sin embargo, es importante anotar que esta adopción de las FinTech por parte de la sociedad peruana tiene que ir de la mano con un entorno amigable para el desarrollo de estas soluciones vinculadas a la tecnología financiera, tanto a nivel normativo como a nivel cultural. No sólo hay que proporcionar reglas claras para los actores de este ecosistema, sino también es necesario explicar los beneficios y los riesgos de su uso. El sector público y privado deben unir esfuerzos para impulsar la transformación digital a todo nivel.
Sin duda, la pandemia por el COVID-19 no es sólo un periodo de vulnerabilidad socioeconómica, es también una oportunidad para comenzar a implementar conscientemente soluciones digitales efectivas y seguras. El mundo ya cambió, nosotros debemos hacerlo también.
La nueva normalidad que trae el COVID-19 ha manifestado que la transformación digital en el sector financiero es una necesidad.
Por eso, no es extraño que muchos líderes de opinión se refieran al New Normal o Nueva Normalidad para retratar el escenario post COVID-19 en diferentes industrias.
La industria financiera mundial se ha venido preparando desde hace algún tiempo para este escenario. Prueba de ello es que desde el 2008, el Reino Unido se ha convertido en la capital global de la industria FinTech, la misma que en el 2015 representaba ingresos aproximados de 6.6 billones de libras esterlinas (alrededor de US$8 mil millones), según información de la “Guía FinTech” de EY. Pero ¿cuáles son las claves para apostar por la digitalización de la industria financiera? Transformación y disrupción, que en el mundo financiero se traducen a FinTech. Esta palabra que ha resonado en los últimos años y es la conjunción de “financial” y “technology”.
La medida adoptada por los gobiernos del mundo de imponer una cuarentena obligatoria ha servido de reflexión para los hombres y las mujeres de negocios de que la transformación digital no es más una opción, sino una necesidad. Estos son los ingredientes perfectos para impulsar los negocios FinTech en el mundo.
En nuestro país, este fenómeno no ha sido ajeno. Muchas actividades que normalmente los peruanos realizábamos de manera presencial han tomado una forma virtual por completo; dos buenos ejemplos son: (i) cambio de divisas y (ii) pagos digitales.
Existen varias plataformas digitales peruanas que permiten realizar cambio de divisas de manera completamente virtual. Sólo se necesita tener una cuenta de ahorros en soles y otra en dólares americanos en cualquier banco local, basta con registrarse en la aplicación por medio de un smartphone y seguir las instrucciones para realizar la transferencia de los fondos. Fácil y completamente digital.
Por otro lado, los pagos digitales están a la vanguardia. Un informe realizado en el 2019 por The Economist y EY sobre el potencial fin del dinero en efectivo señaló que durante el 2016, Estados Unidos fue el país donde se realizaron la mayor cantidad de transacciones no monetarias, registrando un total de US$148.5 mil millones. Para el 2017, 87 millones de personas en el mundo utilizaban la aplicación Wallet para realizar pagos desde sus iPhones.
Hoy en día, y con varios años más de desarrollo que las plataformas de cambio de divisas, existen muchos medios de pago diferentes al efectivo y a las tarjetas físicas de débito/crédito que son totalmente digitales; algunos ejemplos: dinero electrónico, criptomonedas y stablecoins, y transferencias electrónicas bancarias (banca móvil y por internet). Así, muchos ya no tienen que hacer largas colas para pagar tarjetas de crédito o para cancelar los recibos de luz o agua, sino que todo se puede hacer desde la aplicación correspondiente y al instante.
Estos dos ejemplos de soluciones FinTech son sólo una pequeña porción de un grupo más grande que cada día crece más. De esta manera, también podemos realizar préstamos digitales, contratar seguros digitalmente (insurtech), financiamiento alternativo (crowdlending, factoring), enviar remesas, gestionar finanzas empresariales y personales, y mucho más.
Sin embargo, es importante anotar que esta adopción de las FinTech por parte de la sociedad peruana tiene que ir de la mano con un entorno amigable para el desarrollo de estas soluciones vinculadas a la tecnología financiera, tanto a nivel normativo como a nivel cultural. No sólo hay que proporcionar reglas claras para los actores de este ecosistema, sino también es necesario explicar los beneficios y los riesgos de su uso. El sector público y privado deben unir esfuerzos para impulsar la transformación digital a todo nivel.
Sin duda, la pandemia por el COVID-19 no es sólo un periodo de vulnerabilidad socioeconómica, es también una oportunidad para comenzar a implementar conscientemente soluciones digitales efectivas y seguras. El mundo ya cambió, nosotros debemos hacerlo también.
La nueva normalidad que trae el COVID-19 ha manifestado que la transformación digital en el sector financiero es una necesidad.