Dentro de este universo, conviven diferentes verticales, cada una con un foco particular de negocios: préstamos, inversiones, pagos y transferencias, blockchain y criptomonedas, seguridad informática, servicios fintech B2B, servicios tecnológicos, crowdfunding o financiamiento colectivo e insurtech. El factor común a todas es la utilización de la tecnología como herramienta para prestar servicios financieros.
El sector insurtech representa algo menos del 6% del total de empresas fintech del país como suele ser en cada región del mundo. Según Hugues Bertin, founder y CEO de Digital Insurance LatAm e Insurtech Advisor del fondo HCS Capital : “no hay definición oficial de lo que es una Insurtech pero como primera aproximación podríamos decir que es una start up de tecnología que tiene una parte de la cadena de valor de las aseguradoras”.
En el mundo de la distribución, las insurtech pueden ser comparadores o generadores de leads, broker on-line (caso 123Seguro), managing general agent, o MGA (caso Klimber) o aseguradora full-stack, cuando es aseguradora reglementada (caso Iunigo).
La actividad es bastante reciente, con un nivel de desarrollo incipiente pero con gran proyección de crecimiento. Durante 2 años Bertin hizo un relevamiento de insurtechs en América Latina y en Argentina en particular, en el que se identificaron distintos niveles de madurez y tres grandes tendencias:
De un lado, los seguros siempre han sido un universo muy tradicional, en el que el contacto directo con el cliente es bastante escaso, por otro lado los procesos internos de las aseguradoras dejan los asegurados insatisfechos en el proceso de post-venta o de siniestros.
Gracias a la tecnología y en particular de los smartphones, hoy es posible mejorar la experiencia de los clientes desde varios puntos de vista a través de propuestas más innovadoras y cercanas. La utilización de Internet de las cosas y de inteligencia artificial permite prevenir y/o controlar riesgos, ofrecer servicios complementarios, bajar costos o rediseñar los productos. Por ejemplo, en un seguro automotor, hoy es posible saber cuánto y cómo maneja una persona, si hace deportes, si descansa bien. Y en base a esas variables, diseñar un seguro ajustado a la medida de cada cliente, cotizarlo en función de su comportamiento con los beneficios que esto supone.
También la tecnología puede ser una herramienta para potenciar la experiencia global del asegurado. Hasta no hace mucho tiempo, el contacto con la empresa contratada era prácticamente nulo. O peor aún, este interacción se producía ante un siniestro, con los consecuentes reclamos y trámites que supone. Hoy, a través de aplicaciones inteligentes es posible tener un vínculo más confiable, frecuente y cercano, que sea percibido como un servicio diferencial que aporta valor a partir del cual pueda construirse una relación a largo plazo.
A nivel global, el volumen de financiamiento de compañías de insurtech pasó de US$ 131 millones en 2011 a US$ 12.000 millones en 2018. Mientras en 2011 los inversores en el espacio tecnológico de seguros eran apenas 50, en 2018 superan los 400 como el gigantesco fondo de inversión Softbank (Lemonade, Policybazaar). Además, grandes tecnológicas de base digital como Google, Amazon, Alibaba, Tencent, Baidu y Rakuten -en Japón- han hecho inversiones y asociaciones en el sector.
En la región, existen aproximadamente 200 empresas de insurtech. El volumen de inversión venture capital general en el sector es aún incipiente y está lejos de alcanzar los volúmenes de otras latitudes, ya que no sobrepasa los USD 150 millones desde 2016 hasta ahora. El último caso relevante es la creación en 2019 de un fondo de Corporate Venture Capital de 20 millones de dólares en Chile, con inversión mínima de 70% en insurtechs.
La paulatina incursión de grandes jugadores tecnológicos en el área de insurtech, como es el caso de Mercado Libre o Rappi, generará mayores inversiones y un desarrollo más sostenido. En este sentido, Bruno Ferrari, cofounder y COO de 123 Seguro, la insurtech argentina de mayor alcance en la región que cuenta con operaciones en Argentina, Colombia y Chile, afirma: “Además del lanzamiento de Seguros de Vida junto a Zurich este año, estamos muy comprometidos con la expansión regional. Seguimos consolidando nuestra estrategia de liderar la distribución digital de seguros en LatAm. Hay una gran oportunidad de seguir simplificando y haciendo transparentes procesos complejos, en sintonía con la tendencia global de repensar la industria.”
El principal desafío está en lograr una mayor cobertura de seguros a nivel regional, a través de productos innovadores diseñados para resolver las necesidades de los usuarios clientes mientras se consolida la cultura de la prevención y de los servicios, que todavía se encuentra en un estadio muy temprano.
Dentro de este universo, conviven diferentes verticales, cada una con un foco particular de negocios: préstamos, inversiones, pagos y transferencias, blockchain y criptomonedas, seguridad informática, servicios fintech B2B, servicios tecnológicos, crowdfunding o financiamiento colectivo e insurtech. El factor común a todas es la utilización de la tecnología como herramienta para prestar servicios financieros.
El sector insurtech representa algo menos del 6% del total de empresas fintech del país como suele ser en cada región del mundo. Según Hugues Bertin, founder y CEO de Digital Insurance LatAm e Insurtech Advisor del fondo HCS Capital : “no hay definición oficial de lo que es una Insurtech pero como primera aproximación podríamos decir que es una start up de tecnología que tiene una parte de la cadena de valor de las aseguradoras”.
En el mundo de la distribución, las insurtech pueden ser comparadores o generadores de leads, broker on-line (caso 123Seguro), managing general agent, o MGA (caso Klimber) o aseguradora full-stack, cuando es aseguradora reglementada (caso Iunigo).
La actividad es bastante reciente, con un nivel de desarrollo incipiente pero con gran proyección de crecimiento. Durante 2 años Bertin hizo un relevamiento de insurtechs en América Latina y en Argentina en particular, en el que se identificaron distintos niveles de madurez y tres grandes tendencias:
De un lado, los seguros siempre han sido un universo muy tradicional, en el que el contacto directo con el cliente es bastante escaso, por otro lado los procesos internos de las aseguradoras dejan los asegurados insatisfechos en el proceso de post-venta o de siniestros.
Gracias a la tecnología y en particular de los smartphones, hoy es posible mejorar la experiencia de los clientes desde varios puntos de vista a través de propuestas más innovadoras y cercanas. La utilización de Internet de las cosas y de inteligencia artificial permite prevenir y/o controlar riesgos, ofrecer servicios complementarios, bajar costos o rediseñar los productos. Por ejemplo, en un seguro automotor, hoy es posible saber cuánto y cómo maneja una persona, si hace deportes, si descansa bien. Y en base a esas variables, diseñar un seguro ajustado a la medida de cada cliente, cotizarlo en función de su comportamiento con los beneficios que esto supone.
También la tecnología puede ser una herramienta para potenciar la experiencia global del asegurado. Hasta no hace mucho tiempo, el contacto con la empresa contratada era prácticamente nulo. O peor aún, este interacción se producía ante un siniestro, con los consecuentes reclamos y trámites que supone. Hoy, a través de aplicaciones inteligentes es posible tener un vínculo más confiable, frecuente y cercano, que sea percibido como un servicio diferencial que aporta valor a partir del cual pueda construirse una relación a largo plazo.
A nivel global, el volumen de financiamiento de compañías de insurtech pasó de US$ 131 millones en 2011 a US$ 12.000 millones en 2018. Mientras en 2011 los inversores en el espacio tecnológico de seguros eran apenas 50, en 2018 superan los 400 como el gigantesco fondo de inversión Softbank (Lemonade, Policybazaar). Además, grandes tecnológicas de base digital como Google, Amazon, Alibaba, Tencent, Baidu y Rakuten -en Japón- han hecho inversiones y asociaciones en el sector.
En la región, existen aproximadamente 200 empresas de insurtech. El volumen de inversión venture capital general en el sector es aún incipiente y está lejos de alcanzar los volúmenes de otras latitudes, ya que no sobrepasa los USD 150 millones desde 2016 hasta ahora. El último caso relevante es la creación en 2019 de un fondo de Corporate Venture Capital de 20 millones de dólares en Chile, con inversión mínima de 70% en insurtechs.
La paulatina incursión de grandes jugadores tecnológicos en el área de insurtech, como es el caso de Mercado Libre o Rappi, generará mayores inversiones y un desarrollo más sostenido. En este sentido, Bruno Ferrari, cofounder y COO de 123 Seguro, la insurtech argentina de mayor alcance en la región que cuenta con operaciones en Argentina, Colombia y Chile, afirma: “Además del lanzamiento de Seguros de Vida junto a Zurich este año, estamos muy comprometidos con la expansión regional. Seguimos consolidando nuestra estrategia de liderar la distribución digital de seguros en LatAm. Hay una gran oportunidad de seguir simplificando y haciendo transparentes procesos complejos, en sintonía con la tendencia global de repensar la industria.”
El principal desafío está en lograr una mayor cobertura de seguros a nivel regional, a través de productos innovadores diseñados para resolver las necesidades de los usuarios clientes mientras se consolida la cultura de la prevención y de los servicios, que todavía se encuentra en un estadio muy temprano.