Desde su fundación en 2017, Crece Capital ha impulsado el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas a través del servicio de factoring. Mediante esta herramienta, brinda a sus clientes liquidez inmediata. Por ende, las PYMES pueden cumplir con sus compromisos de pago y así consolidar su relación con sus trabajadores, proveedores y clientes.
Gracias a su exitoso modelo de negocio, y luego de una rigurosa evaluación, Crece Capital se ha convertido en la primera Fintech peruana, y una de las primeras en Latinoamérica, en obtener financiamiento de DEG, una institución financiera de desarrollo y filial del KfW, banco estatal alemán y uno de los bancos de fomento líderes en el mundo.
“El acceso a este financiamiento, además, permitirá a Crece Capital incursionar en nuevos productos como el Leasing Tecnológico, en el cual esperamos alcanzar una cartera de alrededor de 15 millones de dólares en los siguientes 3 años”, afirmó Jean Ricser, CEO de Crece Capital.
Para DEG, esta alianza le permite diversificar geográficamente su portafolio de inversiones, ampliando su presencia en nuevas regiones; marcando su entrada en la naciente industria del factoring en Perú.
A través de este financiamiento a Crece Capital, DEG canalizará el financiamiento formal a pequeñas y medianas empresas del país, contribuyendo al desarrollo económico local y apoyando a empresas que suelen tener dificultades al momento de acceder a los recursos necesarios para su negocio.
“Aunque el monto de la facilidad no ha sido revelado, Crece Capital estima que unas 3000 pequeñas y medianas empresas serán beneficiadas. Este acuerdo añade a DEG como nuestro socio financiero hasta el 2030, convirtiéndose en el segundo partner europeo”, aseguró Matías Grunwald, fundador y CEO de Crece Capital.
La ventaja que brinda el factoring a las pymes es indiscutible, pues permite al proveedor recibir el pago de su producto apenas unas horas después de emitida su factura. Es decir, el proveedor ya no tiene que esperar 30, 60 o 90 días para cobrar, sino menos de 24 horas. Así, una operación al crédito se convierte prácticamente en una venta al contado.
Desde su fundación en 2017, Crece Capital ha impulsado el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas a través del servicio de factoring. Mediante esta herramienta, brinda a sus clientes liquidez inmediata. Por ende, las PYMES pueden cumplir con sus compromisos de pago y así consolidar su relación con sus trabajadores, proveedores y clientes.
Gracias a su exitoso modelo de negocio, y luego de una rigurosa evaluación, Crece Capital se ha convertido en la primera Fintech peruana, y una de las primeras en Latinoamérica, en obtener financiamiento de DEG, una institución financiera de desarrollo y filial del KfW, banco estatal alemán y uno de los bancos de fomento líderes en el mundo.
“El acceso a este financiamiento, además, permitirá a Crece Capital incursionar en nuevos productos como el Leasing Tecnológico, en el cual esperamos alcanzar una cartera de alrededor de 15 millones de dólares en los siguientes 3 años”, afirmó Jean Ricser, CEO de Crece Capital.
Para DEG, esta alianza le permite diversificar geográficamente su portafolio de inversiones, ampliando su presencia en nuevas regiones; marcando su entrada en la naciente industria del factoring en Perú.
A través de este financiamiento a Crece Capital, DEG canalizará el financiamiento formal a pequeñas y medianas empresas del país, contribuyendo al desarrollo económico local y apoyando a empresas que suelen tener dificultades al momento de acceder a los recursos necesarios para su negocio.
“Aunque el monto de la facilidad no ha sido revelado, Crece Capital estima que unas 3000 pequeñas y medianas empresas serán beneficiadas. Este acuerdo añade a DEG como nuestro socio financiero hasta el 2030, convirtiéndose en el segundo partner europeo”, aseguró Matías Grunwald, fundador y CEO de Crece Capital.
La ventaja que brinda el factoring a las pymes es indiscutible, pues permite al proveedor recibir el pago de su producto apenas unas horas después de emitida su factura. Es decir, el proveedor ya no tiene que esperar 30, 60 o 90 días para cobrar, sino menos de 24 horas. Así, una operación al crédito se convierte prácticamente en una venta al contado.