Estados Unidos es el país con más desarrollo de fintech a nivel global, pues cuenta con alrededor de tres mil 700 empresas de tecnología financiera, según datos de la compañía Crunchbase. Mientras que en América Latina existen mil 166, de acuerdo con el estudio Fintech Latinoamérica: crecimiento y consolidación 2018. Esto quiere decir que la industria estadounidense cuenta con 217% más empresas de este tipo que los 18 países latinoamericanos juntos consultados en el reporte.
¿A qué se debe esta diferencia tan lejana? Entre las principales razones se encuentra el desarrollo económico histórico de Estados Unidos, su infraestructura, así como el poder adquisitivo de sus pobladores; mientras que en Latinoamérica no se cuenta con una economía igual de poderosa, además de que existen factores sociales y de inseguridad que evitan que exista mayor inversión en la región.
Por si fuera poco, Estados Unidos encabeza la lista mundial de más fintech ‘unicornios’ (empresas que alcanzan una valuación de más de mil millones de dólares) con un total de 24, de acuerdo con el reporte Fintech Trends to Watch de CB Insights. En América Latina sólo hay registro de una, y es Nubank, firma brasileña de tarjetas de crédito y banca digital.
La revista Forbes apunta que las fintech estadounidenses recaudaron un total de 12 mil 400 millones de dólares (mdd) en capital de inversión durante 2018; dinero que se concentró mayormente en 11 empresas ‘unicornios’. Mientras que, en este mismo lapso, en Latinoamérica la inversión alcanzó los 8 mil 400 mdd, según el informe LAVCA Industry Data and Analysis.
En ese periodo, Brasil se posicionó como líder del mercado (859 mdd en inversiones), seguido de Colombia (96 millones) y México (80 millones). Es decir, en el mismo año hubo 47% más inversión en un Estados Unidos que en las naciones latinoamericanas.
Estados Unidos ha recibido a empresas latinas, ya sea por programas de incubación, inversión o por probar modelos de negocio de otros países. Un caso relevante es la iniciativa Latin SF (San Francisco), la cual busca diversificar el mercado financiero que en su mayoría era ocupado por empresas asiáticas. Desde su creación en 2014, este programa ha ayudado a que 14 fintech latinoamericanas abran oficinas en San Francisco, algunas mexicanas como Machina, Tresalia y Cala. Esto significa cerca de 6.5 mdd de inversión y la creación de al menos 193 empleos.
Por su parte, como se mencionó anteriormente, tres de cada 10 fintech que hay en América Latina son de origen estadounidense, entre estas, Stripe, plataforma que ayuda a las empresas y negocios a realizar cobro por internet y operaciones contables; Coinbase, app para de intercambio, envío y recepción de criptomonedas; y Robinhood, sistema de compraventa de acciones.
La mayor parte de las empresas de tecnología financiera de Latinoamérica se concentra en los segmentos de pagos y remesas, con 285 empresas; préstamos con 208; y gestión de finanzas empresariales con 181, según el informe Fintech América Latina 2018: crecimiento y consolidación. Por su parte, las inversiones del sector fintech estadounidense en el último año se concentraron en empresas de pagos (1.84 mil mdd); préstamos (1.20 mdd) y seguros (1.80 mdd).
Pese a que el tipo de fintech apunta a sectores similares, las compañías estadounidenses se encuentran en varios escalones por arriba de las latinoamericanas, tanto en el ámbito de la recaudación de capital como en la cobertura global. Además, al tener más empresas generan más competencia entre el sector.
Esto no significa que las empresas de tecnología financiera de América Latina no puedan crecer a ese nivel, pero para eso la región debe trabajar en desarrollar las condiciones estructurales y socioeconómicas adecuadas. Igualmente, estos países serán ‘tocados’ por la misma innovación que se genera en Estados Unidos, lo que va a permitir que crezcan más rápido.
Estados Unidos es el país con más desarrollo de fintech a nivel global, pues cuenta con alrededor de tres mil 700 empresas de tecnología financiera, según datos de la compañía Crunchbase. Mientras que en América Latina existen mil 166, de acuerdo con el estudio Fintech Latinoamérica: crecimiento y consolidación 2018. Esto quiere decir que la industria estadounidense cuenta con 217% más empresas de este tipo que los 18 países latinoamericanos juntos consultados en el reporte.
¿A qué se debe esta diferencia tan lejana? Entre las principales razones se encuentra el desarrollo económico histórico de Estados Unidos, su infraestructura, así como el poder adquisitivo de sus pobladores; mientras que en Latinoamérica no se cuenta con una economía igual de poderosa, además de que existen factores sociales y de inseguridad que evitan que exista mayor inversión en la región.
Por si fuera poco, Estados Unidos encabeza la lista mundial de más fintech ‘unicornios’ (empresas que alcanzan una valuación de más de mil millones de dólares) con un total de 24, de acuerdo con el reporte Fintech Trends to Watch de CB Insights. En América Latina sólo hay registro de una, y es Nubank, firma brasileña de tarjetas de crédito y banca digital.
La revista Forbes apunta que las fintech estadounidenses recaudaron un total de 12 mil 400 millones de dólares (mdd) en capital de inversión durante 2018; dinero que se concentró mayormente en 11 empresas ‘unicornios’. Mientras que, en este mismo lapso, en Latinoamérica la inversión alcanzó los 8 mil 400 mdd, según el informe LAVCA Industry Data and Analysis.
En ese periodo, Brasil se posicionó como líder del mercado (859 mdd en inversiones), seguido de Colombia (96 millones) y México (80 millones). Es decir, en el mismo año hubo 47% más inversión en un Estados Unidos que en las naciones latinoamericanas.
Estados Unidos ha recibido a empresas latinas, ya sea por programas de incubación, inversión o por probar modelos de negocio de otros países. Un caso relevante es la iniciativa Latin SF (San Francisco), la cual busca diversificar el mercado financiero que en su mayoría era ocupado por empresas asiáticas. Desde su creación en 2014, este programa ha ayudado a que 14 fintech latinoamericanas abran oficinas en San Francisco, algunas mexicanas como Machina, Tresalia y Cala. Esto significa cerca de 6.5 mdd de inversión y la creación de al menos 193 empleos.
Por su parte, como se mencionó anteriormente, tres de cada 10 fintech que hay en América Latina son de origen estadounidense, entre estas, Stripe, plataforma que ayuda a las empresas y negocios a realizar cobro por internet y operaciones contables; Coinbase, app para de intercambio, envío y recepción de criptomonedas; y Robinhood, sistema de compraventa de acciones.
La mayor parte de las empresas de tecnología financiera de Latinoamérica se concentra en los segmentos de pagos y remesas, con 285 empresas; préstamos con 208; y gestión de finanzas empresariales con 181, según el informe Fintech América Latina 2018: crecimiento y consolidación. Por su parte, las inversiones del sector fintech estadounidense en el último año se concentraron en empresas de pagos (1.84 mil mdd); préstamos (1.20 mdd) y seguros (1.80 mdd).
Pese a que el tipo de fintech apunta a sectores similares, las compañías estadounidenses se encuentran en varios escalones por arriba de las latinoamericanas, tanto en el ámbito de la recaudación de capital como en la cobertura global. Además, al tener más empresas generan más competencia entre el sector.
Esto no significa que las empresas de tecnología financiera de América Latina no puedan crecer a ese nivel, pero para eso la región debe trabajar en desarrollar las condiciones estructurales y socioeconómicas adecuadas. Igualmente, estos países serán ‘tocados’ por la misma innovación que se genera en Estados Unidos, lo que va a permitir que crezcan más rápido.