Una población digitalizada desempeña un papel fundamental en el impulso de la economía digital en México y América Latina. Cada vez más personas utilizan sus dispositivos conectados para acceder a servicios basados en aplicaciones y realizar transacciones de comercio electrónico. Se proyecta que este sector alcance un valor de $700 mil millones de dólares para el año 2025.
Actualmente, en América Latina (LATAM),existen más de 534 millones de internautas, lo que representa el 8.4% de la población mundial con acceso a Internet. Se prevé que este número continúe creciendo de manera constante, alineado con el desarrollo de la infraestructura de conectividad.
El crecimiento de las empresas en este entorno digital depende no sólo de un modelo de negocio sostenible y realista sino también de la calidad del servicio, la capacidad de expansión de las operaciones y la fortaleza financiera para respaldar la expansión a nivel local y regional. Además, la interoperabilidad con métodos de pago y una infraestructura tecnológica sólida son esenciales a medida que el negocio se expande.
El "Estudio de Ventas Online 2022" de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO) destaca que los principales métodos de pago en línea incluyen la tarjeta de débito (88%), el efectivo contra entrega (74%), el efectivo encadenas comerciales (65%), el eWallet (49%) y Quick Response (26%).
El concepto de Open Finance amplía aún más el mercado para los proveedores de plataformas, ya que prácticamente cualquier empresa que opere en línea puede incorporar capacidades de servicios financieros. Existe un fuerte interés por parte del sector público y privado en ofrecer a sus clientes opciones de pago más convenientes.
En el panorama actual, después de la pandemia, se ha observado una desaceleración en la adopción de nuevos métodos de pago, muchos de los cuales fueron impulsados por las Fintech. Sin embargo, los modelos tradicionales siguen siendo rentables y viables, y continúan evolucionando financiera y tecnológicamente. La banca tradicional ha aprovechado la llegada de la tecnología financiera para adoptar y explorar nuevas oportunidades, poner a disposición nuevos productos, y mejorar la experiencia del usuario.
A pesar de la creciente digitalización, más del 90% de las transacciones en el sector financiero siguen realizándose en efectivo, el método preferido por la mayoría de la población. Sin embargo, se observa un aumento en la aceptación de tarjetas de crédito y débito, especialmente en operaciones en establecimientos y tiendas en línea.
Las compras digitales ofrecen ventajas en términos de seguridad, ya que la información se encuentra encriptada y alineada con los pagos digitales. La incorporación de nuevos métodos de pago asociados a cuenta y/o tarjeta, como teléfonos o relojes inteligentes, aumenta la seguridad tanto para los compradores como para las instituciones financieras y los comercios, aumentando la seguridad en la realización de las transacciones, sin desatenderla experiencia durante la compra.
Sin embargo, persisten barreras culturales para el uso de métodos alternativos al efectivo, especialmente en zonas no urbanizadas. Aunque hay iniciativas gubernamentales e instituciones financieras que promueven el uso de tarjetas para diversos fines, se necesita un esfuerzo educativo para fomentar una mentalidad más receptiva hacia los métodos de pago electrónicos.
En eventos masivos como deportes o conciertos, los diferentes métodos de pago son relevantes y pueden generar beneficios significativos, como la integración de boletos de acceso en tarjetas o dispositivos móviles, compras dentro del recinto y programas de fidelización.
Para promover un cambio cultural, es esencial enfocarse en la educación sobre los nuevos métodos de pago de una manera atractiva y divertida, destacando los beneficios de seguridad y fiscales que ofrecen. Esto requiere la colaboración de todo el ecosistema financiero y un enfoque centrado en el usuario.
A medida que el mercado evoluciona, es crucial nuestra participación como proveedores tecnológicos para impulsar nuevos casos de uso y garantizar una experiencia de usuario satisfactoria. Asimismo, la colaboración entre organizaciones financieras, Fintech y autoridades regulatorias es esencial para que continúen con este ejercicio y establecer una competencia justa y promover la inclusión en los servicios bancarios y financieros, siempre con el consentimiento del usuario.
En resumen, la población conectada está desempeñando un papel vital en la transformación de la economía en el país y la región, y se espera que los métodos de pago continúen evolucionando y adaptándose a las necesidades cambiantes de los usuarios en los próximos años.
Una población digitalizada desempeña un papel fundamental en el impulso de la economía digital en México y América Latina. Cada vez más personas utilizan sus dispositivos conectados para acceder a servicios basados en aplicaciones y realizar transacciones de comercio electrónico. Se proyecta que este sector alcance un valor de $700 mil millones de dólares para el año 2025.
Actualmente, en América Latina (LATAM),existen más de 534 millones de internautas, lo que representa el 8.4% de la población mundial con acceso a Internet. Se prevé que este número continúe creciendo de manera constante, alineado con el desarrollo de la infraestructura de conectividad.
El crecimiento de las empresas en este entorno digital depende no sólo de un modelo de negocio sostenible y realista sino también de la calidad del servicio, la capacidad de expansión de las operaciones y la fortaleza financiera para respaldar la expansión a nivel local y regional. Además, la interoperabilidad con métodos de pago y una infraestructura tecnológica sólida son esenciales a medida que el negocio se expande.
El "Estudio de Ventas Online 2022" de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO) destaca que los principales métodos de pago en línea incluyen la tarjeta de débito (88%), el efectivo contra entrega (74%), el efectivo encadenas comerciales (65%), el eWallet (49%) y Quick Response (26%).
El concepto de Open Finance amplía aún más el mercado para los proveedores de plataformas, ya que prácticamente cualquier empresa que opere en línea puede incorporar capacidades de servicios financieros. Existe un fuerte interés por parte del sector público y privado en ofrecer a sus clientes opciones de pago más convenientes.
En el panorama actual, después de la pandemia, se ha observado una desaceleración en la adopción de nuevos métodos de pago, muchos de los cuales fueron impulsados por las Fintech. Sin embargo, los modelos tradicionales siguen siendo rentables y viables, y continúan evolucionando financiera y tecnológicamente. La banca tradicional ha aprovechado la llegada de la tecnología financiera para adoptar y explorar nuevas oportunidades, poner a disposición nuevos productos, y mejorar la experiencia del usuario.
A pesar de la creciente digitalización, más del 90% de las transacciones en el sector financiero siguen realizándose en efectivo, el método preferido por la mayoría de la población. Sin embargo, se observa un aumento en la aceptación de tarjetas de crédito y débito, especialmente en operaciones en establecimientos y tiendas en línea.
Las compras digitales ofrecen ventajas en términos de seguridad, ya que la información se encuentra encriptada y alineada con los pagos digitales. La incorporación de nuevos métodos de pago asociados a cuenta y/o tarjeta, como teléfonos o relojes inteligentes, aumenta la seguridad tanto para los compradores como para las instituciones financieras y los comercios, aumentando la seguridad en la realización de las transacciones, sin desatenderla experiencia durante la compra.
Sin embargo, persisten barreras culturales para el uso de métodos alternativos al efectivo, especialmente en zonas no urbanizadas. Aunque hay iniciativas gubernamentales e instituciones financieras que promueven el uso de tarjetas para diversos fines, se necesita un esfuerzo educativo para fomentar una mentalidad más receptiva hacia los métodos de pago electrónicos.
En eventos masivos como deportes o conciertos, los diferentes métodos de pago son relevantes y pueden generar beneficios significativos, como la integración de boletos de acceso en tarjetas o dispositivos móviles, compras dentro del recinto y programas de fidelización.
Para promover un cambio cultural, es esencial enfocarse en la educación sobre los nuevos métodos de pago de una manera atractiva y divertida, destacando los beneficios de seguridad y fiscales que ofrecen. Esto requiere la colaboración de todo el ecosistema financiero y un enfoque centrado en el usuario.
A medida que el mercado evoluciona, es crucial nuestra participación como proveedores tecnológicos para impulsar nuevos casos de uso y garantizar una experiencia de usuario satisfactoria. Asimismo, la colaboración entre organizaciones financieras, Fintech y autoridades regulatorias es esencial para que continúen con este ejercicio y establecer una competencia justa y promover la inclusión en los servicios bancarios y financieros, siempre con el consentimiento del usuario.
En resumen, la población conectada está desempeñando un papel vital en la transformación de la economía en el país y la región, y se espera que los métodos de pago continúen evolucionando y adaptándose a las necesidades cambiantes de los usuarios en los próximos años.