La revolución tecnológica transformó radicalmente nuestra sociedad, impactando todos los aspectos de nuestras vidas, desde la forma en que nos comunicamos hasta cómo trabajamos y nos relacionamos. Sin embargo, en medio de este cambio acelerado, persiste una brecha de género en la industria tecnológica, especialmente en sectores como las fintech. Aunque las mujeres crecen en protagonismo y demuestran día a día su capacidad para liderar y aportar de manera diferencial en estas áreas, su participación sigue siendo menor.
Los datos lo evidencian: en América Latina, sólo el 23% de la fuerza laboral en tecnología está compuesta por mujeres, según el estudio "Mujeres en Tecnología Latam 2023" y el reporte "IT-Talent Research". Esta cifra es aún más baja en otros sectores específicos, como el de las fintech.
En la misma línea, un estudio realizado por Deloitte revela que la industria fintech enfrenta un desafío significativo en términos de diversidad de género a nivel global. "Este problema se manifiesta en tres áreas interrelacionadas pero distintas: la escasez de mujeres empleadas en empresas fintech, la falta de fundadoras o líderes mujeres en estas empresas, y la subrepresentación de mujeres en la base de usuarios de estas compañías", advierte el trabajo.
Según el estudio, menos del 30% de los empleados en empresas fintech son mujeres. Además, aunque el 30% de la fuerza laboral en el sector es femenina, sólo el 17% de los puestos de alto nivel están ocupados por mujeres.
En la Argentina el panorama es más alentador, con un 45% de mujeres ocupando roles prominentes en la industria tecnológica, según datos del mismo estudio "Mujeres en Tecnología Latam 2023". A su vez, el 74% de las argentinas que participó del último sondeo de Kaspersky aseguró que sus habilidades y experiencias fueron consideradas por encima de su género para ser contratadas, remuneradas y valoradas dentro de la industria IT.
No son los únicos datos alentadores. Un estudio publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reveló el posicionamiento de las mujeres en la industria fintech e indica que 15% de las startups financieras en América Latina tienen inclusión de género en sus equipos de trabajo, lo que representa un crecimiento de 9% con respecto al último estudio. El informe también resalta que el porcentaje de empresas fintech sin mujeres en los equipos se ha reducido, al pasar del 18% al 12 por ciento.
La disparidad de género en la industria IT y en las fintech no solo es una cuestión de ecuanimidad en abstracto, sino también de eficiencia económica. Estudios realizados por el Banco Mundial muestran que el aumento de la participación de las mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) puede tener un impacto significativo en el crecimiento económico, aumentando el PBI hasta en 6 billones de dólares en los países más desarrollados.
Ahora bien, lo pendiente en cuanto a representación femenina en el sector tecnológico no se debe a una falta de interés o habilidad por parte de las mujeres, sino a una serie de barreras estructurales y culturales que limitan su acceso y progreso en estas áreas. Uno de los principales obstáculos es la falta de modelos a seguir y de oportunidades de mentoría para las niñas y jóvenes interesadas en carreras tecnológicas.
Recuerdo hace diez años atrás, cuando había muy pocas chicas en el aula de informática. Obviamente que la industria no es lo que era hace 20 ni 10 años atrás. Sin embargo, en formaciones vinculadas a tecnología, innovación y ciencia la excepción a la norma sigue siendo que sea una mujer la que ocupe el lugar.
La educación desempeña un papel fundamental en este cambio. Equipar a niñas y mujeres con habilidades para el sector de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no solo les brinda oportunidades económicas y laborales, sino que también contribuye al crecimiento y desarrollo de la sociedad en su conjunto.
Sin embargo, a pesar de estos beneficios evidentes, las mujeres siguen estando subrepresentadas en carreras STEM y en la industria tecnológica en general. En la Argentina, por ejemplo, mientras que seis de cada diez estudiantes universitarios son mujeres, su participación se reduce drásticamente en campos como la ingeniería y las ciencias aplicadas, así como en las carreras de programación. Este desequilibrio no solo es injusto desde el punto de vista de la igualdad de género, sino que también representa una pérdida de talento y potencial para la sociedad en su conjunto.
Romper con los estereotipos culturales que limitan a las niñas y adolescentes por estudiar carreras STEM es fundamental para cerrar estas brechas de género y garantizar un futuro más igualitario y próspero para todos. Además, es importante crear un entorno educativo y laboral inclusivo que apoye y celebre la diversidad de género en la tecnología y las fintech.
Para lograrlo, es necesario invertir en la capacitación y educación de las niñas y jóvenes en STEM desde una edad temprana. Estudios del Banco Mundial muestran que cada año adicional de educación primaria o secundaria en estas áreas puede aumentar significativamente la participación y el salario futuro de las mujeres.
La presencia de modelos a seguir femeninos en roles tecnológicos es un factor crucial para inspirar a las próximas generaciones de mujeres líderes en tecnología. Es inspirador ver, por ejemplo, cómo algunas mujeres latinoamericanas están liderando el camino en la industria tecnológica. Personajes como Lady Diana Trujillo, ingeniería espacial colombiana, o Mariana Acosta, cofundadora del bootcamp Laboratoria en Perú, son ejemplos inspiradores de mujeres que están desafiando los estereotipos de género y haciendo importantes contribuciones al mundo de la tecnología.
Aún queda camino por recorrer. Es necesario que las empresas y organizaciones del sector se comprometan activamente a promover la inclusión y la diversidad de género en sus equipos y liderazgo. Esto incluye políticas de contratación equitativas, programas de mentoría para mujeres y la creación de entornos de trabajo inclusivos y libres de discriminación.
La revolución tecnológica transformó radicalmente nuestra sociedad, impactando todos los aspectos de nuestras vidas, desde la forma en que nos comunicamos hasta cómo trabajamos y nos relacionamos. Sin embargo, en medio de este cambio acelerado, persiste una brecha de género en la industria tecnológica, especialmente en sectores como las fintech. Aunque las mujeres crecen en protagonismo y demuestran día a día su capacidad para liderar y aportar de manera diferencial en estas áreas, su participación sigue siendo menor.
Los datos lo evidencian: en América Latina, sólo el 23% de la fuerza laboral en tecnología está compuesta por mujeres, según el estudio "Mujeres en Tecnología Latam 2023" y el reporte "IT-Talent Research". Esta cifra es aún más baja en otros sectores específicos, como el de las fintech.
En la misma línea, un estudio realizado por Deloitte revela que la industria fintech enfrenta un desafío significativo en términos de diversidad de género a nivel global. "Este problema se manifiesta en tres áreas interrelacionadas pero distintas: la escasez de mujeres empleadas en empresas fintech, la falta de fundadoras o líderes mujeres en estas empresas, y la subrepresentación de mujeres en la base de usuarios de estas compañías", advierte el trabajo.
Según el estudio, menos del 30% de los empleados en empresas fintech son mujeres. Además, aunque el 30% de la fuerza laboral en el sector es femenina, sólo el 17% de los puestos de alto nivel están ocupados por mujeres.
En la Argentina el panorama es más alentador, con un 45% de mujeres ocupando roles prominentes en la industria tecnológica, según datos del mismo estudio "Mujeres en Tecnología Latam 2023". A su vez, el 74% de las argentinas que participó del último sondeo de Kaspersky aseguró que sus habilidades y experiencias fueron consideradas por encima de su género para ser contratadas, remuneradas y valoradas dentro de la industria IT.
No son los únicos datos alentadores. Un estudio publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reveló el posicionamiento de las mujeres en la industria fintech e indica que 15% de las startups financieras en América Latina tienen inclusión de género en sus equipos de trabajo, lo que representa un crecimiento de 9% con respecto al último estudio. El informe también resalta que el porcentaje de empresas fintech sin mujeres en los equipos se ha reducido, al pasar del 18% al 12 por ciento.
La disparidad de género en la industria IT y en las fintech no solo es una cuestión de ecuanimidad en abstracto, sino también de eficiencia económica. Estudios realizados por el Banco Mundial muestran que el aumento de la participación de las mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) puede tener un impacto significativo en el crecimiento económico, aumentando el PBI hasta en 6 billones de dólares en los países más desarrollados.
Ahora bien, lo pendiente en cuanto a representación femenina en el sector tecnológico no se debe a una falta de interés o habilidad por parte de las mujeres, sino a una serie de barreras estructurales y culturales que limitan su acceso y progreso en estas áreas. Uno de los principales obstáculos es la falta de modelos a seguir y de oportunidades de mentoría para las niñas y jóvenes interesadas en carreras tecnológicas.
Recuerdo hace diez años atrás, cuando había muy pocas chicas en el aula de informática. Obviamente que la industria no es lo que era hace 20 ni 10 años atrás. Sin embargo, en formaciones vinculadas a tecnología, innovación y ciencia la excepción a la norma sigue siendo que sea una mujer la que ocupe el lugar.
La educación desempeña un papel fundamental en este cambio. Equipar a niñas y mujeres con habilidades para el sector de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no solo les brinda oportunidades económicas y laborales, sino que también contribuye al crecimiento y desarrollo de la sociedad en su conjunto.
Sin embargo, a pesar de estos beneficios evidentes, las mujeres siguen estando subrepresentadas en carreras STEM y en la industria tecnológica en general. En la Argentina, por ejemplo, mientras que seis de cada diez estudiantes universitarios son mujeres, su participación se reduce drásticamente en campos como la ingeniería y las ciencias aplicadas, así como en las carreras de programación. Este desequilibrio no solo es injusto desde el punto de vista de la igualdad de género, sino que también representa una pérdida de talento y potencial para la sociedad en su conjunto.
Romper con los estereotipos culturales que limitan a las niñas y adolescentes por estudiar carreras STEM es fundamental para cerrar estas brechas de género y garantizar un futuro más igualitario y próspero para todos. Además, es importante crear un entorno educativo y laboral inclusivo que apoye y celebre la diversidad de género en la tecnología y las fintech.
Para lograrlo, es necesario invertir en la capacitación y educación de las niñas y jóvenes en STEM desde una edad temprana. Estudios del Banco Mundial muestran que cada año adicional de educación primaria o secundaria en estas áreas puede aumentar significativamente la participación y el salario futuro de las mujeres.
La presencia de modelos a seguir femeninos en roles tecnológicos es un factor crucial para inspirar a las próximas generaciones de mujeres líderes en tecnología. Es inspirador ver, por ejemplo, cómo algunas mujeres latinoamericanas están liderando el camino en la industria tecnológica. Personajes como Lady Diana Trujillo, ingeniería espacial colombiana, o Mariana Acosta, cofundadora del bootcamp Laboratoria en Perú, son ejemplos inspiradores de mujeres que están desafiando los estereotipos de género y haciendo importantes contribuciones al mundo de la tecnología.
Aún queda camino por recorrer. Es necesario que las empresas y organizaciones del sector se comprometan activamente a promover la inclusión y la diversidad de género en sus equipos y liderazgo. Esto incluye políticas de contratación equitativas, programas de mentoría para mujeres y la creación de entornos de trabajo inclusivos y libres de discriminación.