A Jonathan Tarud le frustraba observar la brecha que se estaba formando entre las plataformas tecnológicas del sector financiero disponibles en Colombia y las de sus clientes, empresas Fintech principalmente en Estados Unidos, que ocupan el 40% del tiempo de Koombea, una fábrica de software de 200 personas que fundó 16 años atrás.
Ahora, ha delegado la mayoría de las responsabilidades en Koombea para fundar su segunda compañía: Tuily, una fintech con sede en Barranquilla que entra al mercado B2B con una tarjeta de crédito empresarial y con una plataforma de gestión de gastos.
Este parece ser un segmento saturado, porque además de los bancos tradicionales, no son pocas las fintech que ofrecen tarjetas de crédito empresariales: entre ellas Sempli, Clara y Jeeves. Sin embargo, en Tuily se están enfocando en atender un segmento que consideran desatendido.
“Nuestro segmento de mercado es de empresas más pequeñas, a diferencia de nuestros competidores que están enfocados en clientes que ya tienen acceso al sector financiero”, explica Tarud, CEO de Tuily, en una entrevista con Forbes. “La mayoría de nuestros clientes están teniendo acceso al sector financiero por primera vez”.
Hasta el momento, se han financiado con recursos propios, pero aspiran a abrir pronto una ronda de inversión y una ronda de deuda. Con un equipo de 22 personas, proyectan cerrar el 2023 con 350 empresas como clientes y un volumen transaccional que crezca 80% mes a mes.
“Reconocemos la inmensa importancia de las pymes en la economía de Colombia, ya que sirven como la columna vertebral de las empresas formales”, refirió Alejandro del Río, director regional de Paymentology para Latinoamérica. “Nos entusiasma la idea de asociarnos con Tuily, una fuerza importante en el empoderamiento de estas pequeñas empresas a través de las herramientas financieras esenciales para asegurar su éxito continuo”.
Ya están usando Tuily 200 pequeñas y medianas empresas en distintas regiones colombianas. La tarjeta de crédito, respaldada por Mastercard y emitida a través de Paymentology, no tiene cuota de manejo, está integrada a Apple Pay y desde la plataforma, se pueden administrar cupos y presupuestos en tiempo real. La misma, está diseñada para habilitar la asignación de costos por áreas, centralizar transacciones de múltiples tarjetas y gestionar los viajes corporativos.
De acuerdo con Confecámaras, en Colombia hay 1,72 millones de Pyme registradas. Entre estas, la mayor parte están clasificadas como microempresas con 1,59 millones.
“La competencia está ahí porque el mercado es enorme”, asegura Tarud. “Tenemos una hoja de ruta en la que queremos dedicarnos a la sincronización a automatización de las transacciones con sistemas puntuales”.
Esta nueva fintech pretende abordar la obstrucción que se produce cuando terminan entrelazadas las finanzas de un negocio y las de su propietario, así como también centralizar los gastos de distintas cuentas bancarias y evaluar el riesgo diariamente con procesos que involucren inteligencia artificial.
“Con la experiencia que tenemos en nuestra plataforma, que es ágil, se alcanza a notar la diferencia”, concreta Tarud.
A Jonathan Tarud le frustraba observar la brecha que se estaba formando entre las plataformas tecnológicas del sector financiero disponibles en Colombia y las de sus clientes, empresas Fintech principalmente en Estados Unidos, que ocupan el 40% del tiempo de Koombea, una fábrica de software de 200 personas que fundó 16 años atrás.
Ahora, ha delegado la mayoría de las responsabilidades en Koombea para fundar su segunda compañía: Tuily, una fintech con sede en Barranquilla que entra al mercado B2B con una tarjeta de crédito empresarial y con una plataforma de gestión de gastos.
Este parece ser un segmento saturado, porque además de los bancos tradicionales, no son pocas las fintech que ofrecen tarjetas de crédito empresariales: entre ellas Sempli, Clara y Jeeves. Sin embargo, en Tuily se están enfocando en atender un segmento que consideran desatendido.
“Nuestro segmento de mercado es de empresas más pequeñas, a diferencia de nuestros competidores que están enfocados en clientes que ya tienen acceso al sector financiero”, explica Tarud, CEO de Tuily, en una entrevista con Forbes. “La mayoría de nuestros clientes están teniendo acceso al sector financiero por primera vez”.
Hasta el momento, se han financiado con recursos propios, pero aspiran a abrir pronto una ronda de inversión y una ronda de deuda. Con un equipo de 22 personas, proyectan cerrar el 2023 con 350 empresas como clientes y un volumen transaccional que crezca 80% mes a mes.
“Reconocemos la inmensa importancia de las pymes en la economía de Colombia, ya que sirven como la columna vertebral de las empresas formales”, refirió Alejandro del Río, director regional de Paymentology para Latinoamérica. “Nos entusiasma la idea de asociarnos con Tuily, una fuerza importante en el empoderamiento de estas pequeñas empresas a través de las herramientas financieras esenciales para asegurar su éxito continuo”.
Ya están usando Tuily 200 pequeñas y medianas empresas en distintas regiones colombianas. La tarjeta de crédito, respaldada por Mastercard y emitida a través de Paymentology, no tiene cuota de manejo, está integrada a Apple Pay y desde la plataforma, se pueden administrar cupos y presupuestos en tiempo real. La misma, está diseñada para habilitar la asignación de costos por áreas, centralizar transacciones de múltiples tarjetas y gestionar los viajes corporativos.
De acuerdo con Confecámaras, en Colombia hay 1,72 millones de Pyme registradas. Entre estas, la mayor parte están clasificadas como microempresas con 1,59 millones.
“La competencia está ahí porque el mercado es enorme”, asegura Tarud. “Tenemos una hoja de ruta en la que queremos dedicarnos a la sincronización a automatización de las transacciones con sistemas puntuales”.
Esta nueva fintech pretende abordar la obstrucción que se produce cuando terminan entrelazadas las finanzas de un negocio y las de su propietario, así como también centralizar los gastos de distintas cuentas bancarias y evaluar el riesgo diariamente con procesos que involucren inteligencia artificial.
“Con la experiencia que tenemos en nuestra plataforma, que es ágil, se alcanza a notar la diferencia”, concreta Tarud.