“La tendencia es tu amiga”, reza el dicho. Y lo confirma un estudio de McKinsey, que prueba que una compañía que conoce las tendencias del mercado tiene entre cuatro y ocho más posibilidades de triunfar. También en el segmento Fintech las tendencias señalan el rumbo. Pero, para visualizar el futuro, en este caso hay que observar el pasado.
El modelo standalone que llegó con los neobancos es una “deconstrucción” de las funcionalidades que ofrecían los bancos tradicionales y que ahora se reemplazan por otras más simples y auto-gestionables. La digitalización masiva que impuso la pandemia catapultó la propuesta y ahora, con más clientes cada vez más comprometidos, llegó el momento de incorporar nuevas funcionalidades que consoliden el modelo, y de generar alianzas estratégicas para hacerlo más rentable.
Un estudio reciente realizado por Americas Market Intelligence y Mastercard revela que la digitalización de los servicios financieros es un camino de ida en Latinoamérica. La adopción de los pagos digitales y la tecnología sin contacto, la cantidad de usuarios de internet (y el tiempo que pasan conectados), junto al aumento exponencial de smartphones y datos móviles, explican el boom de las Fintech en Latinoamérica y su incidencia a favor de la inclusión financiera de una región que todavía tiene a la mitad de su población fuera del sistema.
El futuro del segmento tiene al cliente en el centro, y este es un cliente que busca rapidez y transparencia, comodidad y libertad, funcionalidad y confianza. Tanto bancos como fintechs y neobancos saben que la clave para un buen servicio está en su alianza.
Los servicios financieros cambiaron mucho, y van a seguir cambiando. Estos son los temas principales de los que estaremos hablando en el 2022:
En sus comienzos, las empresas fintech buscaban conquistar nuevos clientes. Crecer era la medida de su éxito. La necesidad, ahora, es aumentar su rentabilidad mediante servicios que repercutan en mayor transaccionalidad y más tiempo de pantalla. La gran mayoría de fintechs comenzó ofreciendo una cuenta digital y una tarjeta, pero ahora están ampliando sus portfolios para ofrecer también préstamos personales, seguros, inversiones, programas de fidelización o cashback y hasta un marketplace de productos y servicios.
La revolución que empezó con el Open Banking se continúa en el Open Finance. La apertura de datos, algoritmos y procesos que -en el primer modelo- se centraba en las cuentas bancarias y pagos, ahora se extiende a otros servicios financieros y se abre a otras industrias, e incluso a los organismos públicos. Open Finance es un paso más allá porque permite mayor libertad de experiencias de gestión financiera -como abrir una cuenta o hacer un pago a través de redes sociales, por ejemplo- lo que es consistente con la estrategia multicanal de Mastercard, que pone el control en manos de los clientes pero los respalda con seguridad y transparencia. Es importante subrayar que la modernización de la infraestructura de pagos necesita de una regulación también muy ágil, que ya está en marcha en la región.
Esta es una tendencia que se volvió muy popular en el último tiempo, sobre todo entre Millennials y Gen-Zs, pero que en Latinoamérica está en vigencia hace años: BNPL es el nuevo “pagar en cuotas”. Funciona como una financiación a corto plazo, que en general no cobra intereses si el cliente cumple con sus pagos en tiempo y forma. BNPL es otra tendencia a favor de la inclusión financiera de la región, y la posibilidad de más clientes conectados comprando también beneficia a los comercios.
Todo parece indicar que vamos hacia una industria cada vez más digital, y uno de los caminos que nos lleva al futuro es la tecnología blockchain. Asociada en sus comienzos al mundo cripto, blockchain es un sistema de documentación de transacciones digitales que evolucionó rápidamente hasta extenderse a otras aplicaciones e industrias. Blockchain y criptomonedas tienen el poder de revolucionar la industria financiera, siempre y cuando protejan el consumidor y respeten los marcos regulatorios que acompañan estos cambios. Mastercard incorporó algunas criptomonedas a su red para ofrecer otra forma de pagar. Como dice Raj Dhamodharan, vicepresidente ejecutivo de Activos Digitales, Productos Blockchain y Asociaciones de Mastercard: “Nuestro objetivo es hacer posible que tanto clientes como comercios operen con valores digitales -tradicionales o cripto- de la forma que prefieran. Es su elección, se trata de su dinero.”
Y dejé para el final a la madre de todas las tendencias, porque 5G es lo que conecta virtualmente a todos con todos y con todo. Más confiable y 100 veces más veloz que la tecnología actual, esta nueva interfaz impactará en todas las industrias y se espera que, para 2035, aporte 13,2 billones de dólares a la economía global. Aunque la pandemia de COVID-19 retrasó la implementación del 5G, para este año que comienza se esperan 1000 millones de suscripciones en todo el mundo.
Las épocas de grandes cambios requieren respuestas veloces y estrategia. La digitalización marca el ritmo y promueve alianzas que mejoran los productos y servicios que las instituciones financieras ofrecemos a nuestros clientes. La escena post-COVID es un vórtice de creatividad efervescente. Este es el momento de construir la mejor infraestructura para materializar todas estas posibilidades, porque así es como ayudamos a los innovadores a construir, lanzar y escalar sus negocios.
“La tendencia es tu amiga”, reza el dicho. Y lo confirma un estudio de McKinsey, que prueba que una compañía que conoce las tendencias del mercado tiene entre cuatro y ocho más posibilidades de triunfar. También en el segmento Fintech las tendencias señalan el rumbo. Pero, para visualizar el futuro, en este caso hay que observar el pasado.
El modelo standalone que llegó con los neobancos es una “deconstrucción” de las funcionalidades que ofrecían los bancos tradicionales y que ahora se reemplazan por otras más simples y auto-gestionables. La digitalización masiva que impuso la pandemia catapultó la propuesta y ahora, con más clientes cada vez más comprometidos, llegó el momento de incorporar nuevas funcionalidades que consoliden el modelo, y de generar alianzas estratégicas para hacerlo más rentable.
Un estudio reciente realizado por Americas Market Intelligence y Mastercard revela que la digitalización de los servicios financieros es un camino de ida en Latinoamérica. La adopción de los pagos digitales y la tecnología sin contacto, la cantidad de usuarios de internet (y el tiempo que pasan conectados), junto al aumento exponencial de smartphones y datos móviles, explican el boom de las Fintech en Latinoamérica y su incidencia a favor de la inclusión financiera de una región que todavía tiene a la mitad de su población fuera del sistema.
El futuro del segmento tiene al cliente en el centro, y este es un cliente que busca rapidez y transparencia, comodidad y libertad, funcionalidad y confianza. Tanto bancos como fintechs y neobancos saben que la clave para un buen servicio está en su alianza.
Los servicios financieros cambiaron mucho, y van a seguir cambiando. Estos son los temas principales de los que estaremos hablando en el 2022:
En sus comienzos, las empresas fintech buscaban conquistar nuevos clientes. Crecer era la medida de su éxito. La necesidad, ahora, es aumentar su rentabilidad mediante servicios que repercutan en mayor transaccionalidad y más tiempo de pantalla. La gran mayoría de fintechs comenzó ofreciendo una cuenta digital y una tarjeta, pero ahora están ampliando sus portfolios para ofrecer también préstamos personales, seguros, inversiones, programas de fidelización o cashback y hasta un marketplace de productos y servicios.
La revolución que empezó con el Open Banking se continúa en el Open Finance. La apertura de datos, algoritmos y procesos que -en el primer modelo- se centraba en las cuentas bancarias y pagos, ahora se extiende a otros servicios financieros y se abre a otras industrias, e incluso a los organismos públicos. Open Finance es un paso más allá porque permite mayor libertad de experiencias de gestión financiera -como abrir una cuenta o hacer un pago a través de redes sociales, por ejemplo- lo que es consistente con la estrategia multicanal de Mastercard, que pone el control en manos de los clientes pero los respalda con seguridad y transparencia. Es importante subrayar que la modernización de la infraestructura de pagos necesita de una regulación también muy ágil, que ya está en marcha en la región.
Esta es una tendencia que se volvió muy popular en el último tiempo, sobre todo entre Millennials y Gen-Zs, pero que en Latinoamérica está en vigencia hace años: BNPL es el nuevo “pagar en cuotas”. Funciona como una financiación a corto plazo, que en general no cobra intereses si el cliente cumple con sus pagos en tiempo y forma. BNPL es otra tendencia a favor de la inclusión financiera de la región, y la posibilidad de más clientes conectados comprando también beneficia a los comercios.
Todo parece indicar que vamos hacia una industria cada vez más digital, y uno de los caminos que nos lleva al futuro es la tecnología blockchain. Asociada en sus comienzos al mundo cripto, blockchain es un sistema de documentación de transacciones digitales que evolucionó rápidamente hasta extenderse a otras aplicaciones e industrias. Blockchain y criptomonedas tienen el poder de revolucionar la industria financiera, siempre y cuando protejan el consumidor y respeten los marcos regulatorios que acompañan estos cambios. Mastercard incorporó algunas criptomonedas a su red para ofrecer otra forma de pagar. Como dice Raj Dhamodharan, vicepresidente ejecutivo de Activos Digitales, Productos Blockchain y Asociaciones de Mastercard: “Nuestro objetivo es hacer posible que tanto clientes como comercios operen con valores digitales -tradicionales o cripto- de la forma que prefieran. Es su elección, se trata de su dinero.”
Y dejé para el final a la madre de todas las tendencias, porque 5G es lo que conecta virtualmente a todos con todos y con todo. Más confiable y 100 veces más veloz que la tecnología actual, esta nueva interfaz impactará en todas las industrias y se espera que, para 2035, aporte 13,2 billones de dólares a la economía global. Aunque la pandemia de COVID-19 retrasó la implementación del 5G, para este año que comienza se esperan 1000 millones de suscripciones en todo el mundo.
Las épocas de grandes cambios requieren respuestas veloces y estrategia. La digitalización marca el ritmo y promueve alianzas que mejoran los productos y servicios que las instituciones financieras ofrecemos a nuestros clientes. La escena post-COVID es un vórtice de creatividad efervescente. Este es el momento de construir la mejor infraestructura para materializar todas estas posibilidades, porque así es como ayudamos a los innovadores a construir, lanzar y escalar sus negocios.